El pasado domingo, 11 de marzo, el periódico El País en su edición impresa realizó un suplemento especial sobre colegios. Uno de los artículos, titulado Aprender de la mente, hacía referencia a la neuroeducación en la que Colegio Base es pionero. Por este motivo, el periodista Sergio C. Fanjul se puso en contacto con la directora general del colegio, Marta del Pozo, a quien hizo una entrevista al respecto. La conversación mantenida nutre parte de dicho artículo cuyo contenido relativo al colegio queremos compartir con vosotros:
Neurociencia, pedagogía y psicología se unen para mejorar un proceso de aprendizaje en el que cada alumno es único.
Los avances en las ciencias de la mente y el cerebro, además de permitirnos adentrarnos en los misterios que guardamos dentro de nuestro propio cráneo, también sirven para saber cómo amueblar de forma más eficaz ese espacio con conocimientos y capacidades, para mejorar el proceso de aprendizaje. Se trata de la disciplina de la neuroeducación.
“Es posible que el estudio de la memoria también afecte a la pedagogía sugiriendo métodos de enseñanza basados en el modo en el que el cerebro almacena conocimientos” dijo Eric Kandel, premio nobel de Medicina y Fisiología en el año 2000. Y estos métodos de enseñanza se están poniendo en práctica también en algunos colegios dentro de la Comunidad de Madrid, aunando neurociencia, pedagogía y psicología.
“Cada uno de nosotros somos únicos en la forma de aprender” explica Olga García Sánchez, neuropsicóloga clínica y directora del máster en Neuroeducación del Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP) “y es ahí donde debemos plantear un sistema flexible, centrado en la potencialidad y no en el déficit”. Este sistema de aprendizaje debe contemplar la motivación y la emoción “pero sin dejar de lado cómo funcionan cada uno de los procesos neurocognitivos en el alumno: cómo es su atención, su memoria, su lenguaje, sus funciones ejecutivas, etcétera”, dice la experta.
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El Colegio Base lleva décadas enseñando inspirado en la Institución Libre de Enseñanza y desde hace cuatro años ha adoptado los métodos de la neurodidáctica en sus estudios de Primaria.
“No hay aprendizaje sin emoción”, es uno de sus lemas, expresa Marta del Pozo, directora del centro. “Queremos darle a la enseñanza un rigor muy científico, dentro del paradigma de la neuroeducación”, dice la directora. Para ello han remodelado todas las asignaturas en colaboración con la consultora NIUCO, especializada en esta disciplina. En una plataforma digital los docentes comparten sus progresos y hallazgos. Trabajan anclando el aprendizaje en las emociones positivas, teniendo en cuenta la plasticidad cerebral o los diferentes tipos de memoria. “Por ejemplo, la memoria de trabajo, relacionada con asociar los nuevos datos con los conocimientos previos, para lograr un mejor aprendizaje” dice Del Pozo. Aquí el error no se ve como algo negativo, sino como algo necesario para aprender.
“No estamos a favor de la corrección con bolígrafo rojo, sino a perder el miedo a equivocarse” explica la directora del Base.
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BIBLIOTECA DE EMOCIONES
La participación (con métodos como la clase invertida o la gamificación), el aprendizaje cooperativo, el entrenamiento de competencias, son otros de los pilares de la neuroeducación. “Se trata de transformar información en conocimiento”, dice Marta del Pozo. “Esto ocurre cuando se comprende, cuando se puede explicar a otros, cuando se aplica en la vida cotidiana”. Para todo ello es importante la atención, que en este colegio piensan que debe ser generada por el profesor en los alumnos.
Entre sus proyectos se encuentra Base para Volar, una “biblioteca de las emociones” donde los niños pueden leer, dibujar o hacer teatrillos, el proyecto LOVA, para crear su propia ópera (hay pequeños directores, escenógrafos, iluminadores, actores, etcétera); EcoBase, en torno al huerto y el reciclaje, o la Neoarquitectura, relacionada con la utilización y modificación de los espacios físicos del colegio por parte de los propios alumnos.